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Ingreso hospitalario por crisis de ansiedad

Los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que en 2015 el 9,7% de las estancias hospitalarias se debieron a trastornos mentales. Las cifras son positivas respecto al año 2000 (11,8%) pero negativas si tomamos los registros de 2012 (9,3%). La investigación, que se incluye en la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria publicada en 2016, muestra que la incidencia de casos psiquiátricos ha aumentado en los últimos tres años. Las edades más afectadas son las comprendidas entre los 45 y los 50 años, tanto en hombres como en mujeres.

Hay quienes atribuyen el crecimiento exponencial de este tipo de problemas a la crisis económica, pero según Jerónimo Saiz, jefe de servicio de psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal y portavoz de la Fundación Española para la Psiquiatría y la Salud Mental, es difícil de decir con alguna base porque los datos no son concluyentes. “Es cierto que la crisis genera situaciones que deterioran la salud mental, como el desempleo, la pérdida de la situación económica y los desahucios. Sin embargo, tenemos la experiencia de hace unos años, cuando todo iba bien y la patología psiquiátrica aumentaba considerablemente”, dice Saiz. En el caso de las bajas por depresión destaca su descenso durante la crisis (los registros más bajos desde el año 2000 se dan entre 2008 y 2012). La razón es que muchos empleados, por temor a perder su trabajo, decidieron no expresar la situación emocional por la que atravesaban, lo que, a su vez, les generó más frustración.

¿Puedo solicitar la incapacidad permanente por ansiedad?

Para solicitar la invalidez total por ansiedad, deberá acreditar el nexo de causalidad que, con motivo del trabajo, le afectó y generó dicha ansiedad. Esto puede deberse a una gran carga mental debido al puesto en el lugar de trabajo.

De probarse, incluso la contingencia podría probarse como una enfermedad profesional, que fue causada por el estrés o la ansiedad que generaba este trabajo.

Síntomas de un ataque de ansiedad

  1. Cambios en el ritmo cardíaco. ¿Cómo se ve la taquicardia? Y puede desencadenar complicaciones como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y otras dolencias relacionadas con la circulación.
  2. Tensión en la cabeza y cuello. Además de los cambios de ritmo, hay cambios en la presión arterial. Y eso se suma a las posibles complicaciones.
  3. Dolores de cabeza y sensación de desmayo. Esto puede tener graves consecuencias si la persona realiza actividades como conducir o manejar maquinaria.
  4. Opresión en la garganta y pecho. Se acompañan de dificultad para respirar.
  5. Temblando y temblando. Suceden sin control y pueden causar accidentes o lesiones.
  6. Síntomas menores. Suelen aparecer al inicio del ataque de ansiedad. Al igual que la boca seca, sudoración, náuseas y diarrea.

En los casos más severos de ataques de pánico y ansiedad, se requiere atención médica urgente. El traslado de pacientes debe realizarse de acuerdo con el protocolo para pacientes psiquiátricos. Es decir, los profesionales de Ambulancias de Emergencias de Granada deben tratar al paciente siguiendo estos protocolos para no agravar su situación.

¿Cómo diferenciar un ataque de ansiedad de un infarto?

A pesar de que un ataque de pánico y un infarto tienen síntomas similares, hay matices que marcan distancias notables. Nunca está de más saber cómo se presenta cada uno para ser notificado. Aunque esto no quiere decir que si en algún momento tenemos dudas, no debamos acudir a un servicio de urgencias.

Estas son las claves que debemos tener en cuenta.

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