La finalidad de la ansiedad es proteger el cuerpo y sus intereses. Si nos encontramos con una situación peligrosa (por ejemplo, un incendio en un edificio), debemos prepararnos para la acción inmediata, para superar con éxito la situación (escapar del fuego, sobrevivir), necesitamos una serie de cambios en nuestro cuerpo. ).
Nuestro mecanismo de defensa actual es, como especie, un sucesor del mecanismo que hemos desarrollado durante miles de años. Los peligros a los que se enfrentaban nuestros antepasados estaban relacionados con la supervivencia y las funciones básicas de lucha y huida (pelear con animales, competir con otras personas, correr, pelear, esconderse…). Todos estos movimientos requieren una fuerte activación muscular. Actualmente existen muchas amenazas que no se resuelven mediante el ataque o el combate, pero seguimos manteniendo un alto componente de activación motriz a la hora de interpretar una situación como peligrosa.
Algunos de los síntomas más comunes de ansiedad y sus malas interpretaciones son:
- Taquicardia – ¡Me está dando un infarto!
- Náuseas: – ¡Tengo una úlcera, tengo problemas digestivos!
- «Ver lucecitas», sentir una luz que te molesta, visión borrosa, sentirte fuera de nuestro cuerpo
- Vértigo – volverse loco@,
- Asfixia, dificultad para respirar, hiperventilación – ¡Me voy a asfixiar!..
- Dolor en el pecho y/o brazo: – ¡Me está dando un infarto!
- Temblores, punzadas, convulsiones – ¡Estoy gravemente enfermo, tengo problemas cerebrales…! Recuerda, como decía en el artículo anterior, la ansiedad es una alarma interna que nos prepara para huir del peligro. Imagínate decirle a nuestro cuerpo que algo terrible va a pasar (me va a dar un ataque, me voy a volver loco…), entonces nuestro cuerpo reacciona y se activa, prefiriendo las partes de nuestro cuerpo que lo necesitan. huir e ignorar a los que son inútiles en ese momento.. .
yendo Todos justo enfrente de mí, ¡podría perder el control en cualquier momento!
- (taquicardia – el corazón bombea más y más rápido para enviar sangre a las áreas vitales),
- Náuseas, (digestión la actividad en el sistema disminuye, porque en este momento no hay necesidad de correr),
- sentir que la luz le molesta, ver «pequeñas luces», manchas en su visión (las pupilas crecen y se dilatan a mejorar la visión al correr), visión borrosa, sensación de mareo fuera del cuerpo (el oxígeno no llega a nuestro cerebro, porque en este momento tiene que concentrarse en las piernas para escapar… (aumento del flujo de oxígeno en la sangre), dolor en el pecho y/o los brazos, punzantes (retención a largo plazo de los pulmones llenos, debido a la tensión muscular constante y la debilidad persistente de la postura),
- Temblores, punzantes, calambres característicos de la tensión muscular necesaria para correr… )
Inicio para reducir la ansiedad y los músculos ¿Qué puedo hacer con el problema?
Es importante tomarse un momento a lo largo del día para concentrarse en respirar, estirar el cuerpo y desconectar la mente.
Además de las recomendaciones anteriores y los tratamientos de fisioterapia, existen ejercicios que pueden ayudar notablemente a mejorar la ansiedad en casa. Para ello, puedes hacer ejercicios con una pelota de pilates o utilizando una colchoneta.
¿Le puede pasar esto a cualquiera?
Aunque hemos comentado, no hay un perfil 100% definido, por lo que cualquier persona con ciertos niveles de estrés puede desarrollar algún tipo de ansiedad. Ahora que sabemos cómo son las fasciculaciones de ansiedad, es posible predecir cómo nos pueden afectar según el tipo de ansiedad. Tratamos estos síntomas en nuestra clínica, por lo que invitamos a nuestros lectores a contactarnos.