La principal causa es la exposición a altos niveles de ansiedad. Probablemente te hayas preguntado «¿por qué se me antojan tanto los dulces cuando estoy nervioso o estresado?»
La respuesta está en el cortisol, la hormona que secreta nuestro cerebro para mantenernos alerta, como ocurre en situaciones de ansiedad y estrés. El problema es que cuando este estado de alerta es constante, nuestro cuerpo tiende a gastar mucha energía y demanda glucosa (azúcar), que es la fuente de energía más rápida.
Cómo calmar la ansiedad por la comida. Consejos
A continuación te listaré una serie de consejos que te ayudarán a manejar ese apetito ansioso que tanto te afecta.
Cuando tengas hambre, haz un debate interno y responde estas cuatro preguntas:
Tercer consejo: no intentes compensar el ejercicio físico con más comida
Aunque tienes el ejercicio físico de ello y crees que te da un mayor margen de ingesta, no te confíes. Tampoco dejes de comer. Continúe comiendo como de costumbre y, cuando tenga hambre, elija alimentos que lo llenen más, pero que sean más saludables y bajos en calorías.
Especialmente con las películas de tensión, tendemos a tener algo en nuestras manos y llevárnoslo a la boca. Las palomitas de maíz son un vicio y en cuanto comes una, no podrás parar. Por tanto, si puedes elegir otro snack para comer durante estas escenas de acción, mejor. Y, por supuesto, siempre con agua. Refrescos y refrescos en el exterior.
¿Hambre o falta de energía?
Es importante hacerse esta pregunta y diferenciar claramente si es una cosa u otra. Hago hincapié en esto porque nuestros cuerpos están genéticamente predispuestos a pedirte nutrientes cuando faltan.
Y volviendo al tema del estilo de vida que mencionamos anteriormente, si tiene un trabajo que es muy mental o requiere mucha concentración, es posible que necesite niveles más altos de glucosa u omega 3. Es posible que esté tomando menos de lo que necesitas y por eso tu cuerpo te está diciendo que comas más pan o frutos secos.
Comer más proteínas
Comer más proteínas puede ayudar a reducir el apetito y evitar comer en exceso. Además, ayuda a reducir los antojos y te mantiene satisfecho por más tiempo. Así lo afirma una revisión publicada en Regulatory Peptides.
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