En momentos de estrés, cambios hormonales o tristeza ya su vez ansiedad por la comida, una cosa muy práctica es tener alimentos saludables que nos puedan servir en casa.
Por ejemplo, suelo hacer brownies caseros machacando plátanos, huevos, harina de arroz integral, leche de avena, cacao en polvo y vainilla. Luego lo corto, lo congelo y lo descongelo cada vez que necesito algo dulce.
¿Cómo lidiar con la ansiedad y la culpa causada por comer en exceso?
- Conoce tu cuerpo.
- Tenga en cuenta que comer en exceso generalmente no es controlable o controlado. Así que no te juzgues ni te culpes, te harás más daño psicológico.
- La próxima vez, recuerda lo mal que te sentiste entonces. Esto ayudará a evitar que vuelva a suceder.
- Aprende a distinguir entre hambre física y hambre mental. En el primer caso, la ingesta de alimentos es necesaria. En otro, tu mente te pedirá alimentos ricos en calorías simplemente por avaricia.
- Tu bienestar no depende de lo que haces durante cinco días, sino de cómo te cuidas y lo que haces la mayor parte del año.
- No tomes decisiones por desesperación porque no serán buenas.
- Evita las dietas extremas y los «trucos milagrosos». No serán efectivos. Dejarás una fortuna y probablemente experimentes un efecto rebote y recuperes todo el peso perdido en tan poco tiempo.
- Bebe mucha agua. La OMS recomienda beber 1 litro por día para 35 kilogramos de peso.
- Duerme bien. Si haces esto por menos de 7-8 horas al día, tu cuerpo liberará más hormonas que estimulan el apetito. Así lo demuestra la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
- Los expertos recomiendan comer 5 veces al día. No coma bocadillos entre clases.
- Cena ligera. Descansarás mejor. Ve a dormir, no hay necesidad de trabajar demasiado.
- Haz deporte. Encuentra una rutina que te haga sentir cómodo.
- Utilizar técnicas de respiración para calmar la ansiedad.
- Y sobre todo, confía en un profesional para controlar tu dieta. Dispondrás de un calendario personalizado con comidas diarias y ejercicios que te ayudarán a recuperar tu bienestar.
¿Nos está comiendo la ansiedad?
La comida provoca la liberación de neurotransmisores y otras sustancias cerebrales como las endorfinas que estimulan el sistema de recompensa de nuestro cerebro y nos hacen sentir bien.
Así, la alimentación se convierte en un mecanismo de defensa frente al estrés. Así, cuando nos sentimos estresados, se activan los centros cerebrales responsables de la sensación de hambre, lo que hace que busquemos alimento cuando nuestro cuerpo experimenta altos niveles de ansiedad.
Acelgas
Las verduras de hojas verdes como la espinaca, la col rizada (kale) y las acelgas ayudan a calmar la ansiedad. Esto se debe al alto contenido de magnesio, que tiene un excelente efecto antidepresivo.
El chucrut o repollo fermentado ayuda a mantener el intestino sano. Las bacterias que fermentan el repollo ayudan a producir serotonina. La serotonina es una sustancia que actúa como neurotransmisor, calmando y favoreciendo el bienestar. La falta de serotonina en el cuerpo causa depresión.
Pregúntate y piensa si realmente es hambre
Cuando tengas hambre, haz un debate interior y responde estas cuatro preguntas:
- más de cuatro horas han ha sido desde que comí?
- ¿Me sentiré lleno si como fruta o alimentos saludables? (decir «sí, pero comería otra cosa» o no es igual).
- ¿Puedo esperar otra media hora para la comida?
- ¿Bebí suficiente agua hoy?