Los familiares y amigos de las personas que padecen problemas de ansiedad se enfrentan de forma reiterada a una situación que no saben cómo afrontar. Esto puede dejarlos confundidos y frustrados. Es importante saber actuar para prestar la ayuda adecuada y evitar actitudes o intentos fallidos de resolución que contribuyan a la agudización y perpetuación del problema.
Es muy común que las personas que sufren problemas de ansiedad muestren cambios en su comportamiento. Estos cambios pueden ser causados por la ansiedad o pueden ser una respuesta a un intento de encubrir u ocultar el problema (cuando la persona se siente avergonzada, tiene miedo al rechazo o no quiere que los demás se preocupen). Algunos ejemplos de tales cambios en el comportamiento pueden ser: pérdida de interés en ciertas actividades, excusas, irritabilidad, cambios de humor, retraimiento, evitación de ciertas situaciones, búsqueda de mejores condiciones de seguridad, actitudes defensivas (vigilancia, sospecha, sensibilidad).
Ataque de Ansiedad
Los ataques de ansiedad son episodios de pánico o miedo intenso. Suelen ocurrir de repente y sin previo aviso. A veces hay un disparador obvio
. Los ataques de ansiedad suelen alcanzar su punto máximo en 10 minutos y rara vez duran más de 30 minutos. Pero durante este corto período de tiempo, puedes experimentar un horror tan intenso que morirás o perderás el control por completo.
Qué puedes decir
El apoyo incondicional es ideal para ayudar a una persona con problemas. Puedes decir: «Estoy aquí para ti si me necesitas».
«Te apoyo y te amo. Estoy aquí contigo».
Normalizar lo que le pasó y guiarlo para enfrentar y manejar la situación. También puedes decir: «Lo que sientes es normal y podemos trabajar juntos o buscar apoyo profesional cuando estés listo». Además, trate de mantener el contacto visual cuando hable si es posible.
Reducir la respiración ansiosa
Después de confirmar que la persona que tenemos delante está sufriendo un ataque de ansiedad, lo más importante es intentar reducir sus síntomas más críticos. Se recomienda comenzar por disminuir la velocidad de su respiración inquieta. Recuerda que la respiración es la base de la autorregulación del organismo, por lo que si minimizamos esta hiperventilación o respiración acelerada, la facilitaremos.
Deberíamos pensar si la persona que tenemos delante es de nuestro círculo cercano. Si conocemos a la persona, la ayudaremos más fácilmente porque hay confianza de antemano. Si no, es importante construir esta confianza en una persona. Puedes acercarte y hablarle con voz lenta y firme, presentarte y decirle algo como: “Estás teniendo un ataque de pánico. Sé que estás pasando por momentos muy malos, pero después de un tiempo todo habrá terminado. Te ayudaré, ¿de acuerdo? Ven… respira conmigo… tan… despacio… tan bien… vas bien”.