Inicio » Blog » Ansiedad y gases en el estómago

Ansiedad y gases en el estómago

¿Sabías que a nuestro sistema digestivo también se le llama el «segundo cerebro»? Seguro que ya sabías que ante situaciones preocupantes o estresantes, como un examen, una entrevista de trabajo… tu intestino puede reaccionar con diarrea o un nudo en el estómago. El cerebro y el intestino utilizan la serotonina, conocida como la hormona del bienestar, como neurotransmisor, por lo que su deficiencia puede provocar problemas psicológicos y digestivos.

Pero quizás no sepas que el estrés también puede provocar la formación de los molestos gases intestinales. Gas que en ocasiones puede resultar doloroso si no se expulsa con normalidad, o simplemente incómodo por el entorno social.

Presta atención a la ansiedad ya lo que comes

La ansiedad produce ansia de dulces, búsqueda de bollería, chucherías y sobre todo comida chatarra. La ingesta excesiva de grasas puede provocar la aparición de retención de líquidos y acumulación de grasas que, además de engordar, dañan el sistema cardiovascular.

Malas digestiones y ansiedad, una pareja frecuente

La ansiedad siempre está presente en nuestras vidas. Hay diferentes grados de intensidad. Más allá de cierto nivel, la persona puede sentirse incómoda y abrumada. Hace un tiempo les hablaba del concepto de calma ansiosa, y la idea de estar ansiosa pero feliz. Abordar la forma en que la percepción subjetiva del malestar se integra en nuestra vida cotidiana.

Es importante saber que la ansiedad puede alterar la digestión normal y agravar enfermedades digestivas preexistentes. Si tienes síntomas de ansiedad y detectas problemas digestivos asociados, acude a tu médico. Si se descartan otras causas que provoquen o empeoren las molestias estomacales, será el propio médico quien te derivará a un profesional de la salud mental para que lo resuelva.

¿Cómo luchar contra el estrés diario?

En primer lugar, debemos diferenciar entre dos situaciones muy diferentes. Una cosa es que en tu día a día estés tranquilo, realices tus tareas sin perturbaciones, relajado y de repente tengas que dar una presentación que te ponga nervioso y notes que se te empieza a debilitar el estómago, y otra muy distinta es vivir bajo estrés recurrente.

Para evitar que el estrés sea nuestro pan de cada día, debemos apostar por un estilo de vida saludable.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

A %d blogueros les gusta esto: